Se cree que el nombre ‘tennis’ surgió cuando estos monjes, al sacar la pelota, gritaban “tenez”, que significa “toma” en francés, como una manera de advertir al oponente cuando se lanzaba la pelota.
Aunque los orígenes antiguos del tenis tienen poca evidencia, los orígenes del tenis moderno están documentados. En 1874, el mayor galés Walter Wingfield obtuvo una patente para “Una cancha portátil para jugar al tenis”. La información sobre el juego patentado se imprimió en revistas, por lo que la gente podía leer las instrucciones para montar una cancha y las seis reglas del juego.
A partir de allí, el deporte empezó a ganar popularidad y adeptos, principalmente por la facilidad de ser jugado en cualquier ambiente y además por su accesibilidad para cualquier persona que sin mayores requerimientos estuviera dispuesta a aprender este nuevo juego.

Ciertamente el siglo XX terminó de moldear al tenis, gracias principalmente a la creación de la Federación Internacional de Tenis (ITF) en 1912, que desde entonces revisa continuamente las normas de juego así como regula y administra las competiciones más representativas de este deporte mientras a su vez realiza esfuerzos para difundir el tenis a nivel mundial.
Además del famoso torneo de Wimbledon, existe el Abierto de Australia, creado en 1905, el Roland Garros iniciado desde 1891 y el Abierto de los Estados Unidos, ideado en 1891 y que en conjunto conforman el Grand Slam de tenis, torneos jugados anualmente y considerados como las competencias más importantes dentro del tenis.
Por otro lado, la Copa Davis es un torneo internacional de tenis organizado por la ITF, en donde no participan jugadores a título individual, sino equipos nacionales compuestos por diversos jugadores designados por su federación nacional deportiva.